Patricia, Misionera de la Virgen
Vocación espiritual
Patricia nació en Argentina, en la provincia de Buenos Aires.
En su adolescencia, estudió en un colegio católico. Solitaria y acallada, siempre rezaba en la Capilla de la escuela mirando las ventanas, porque decía que Dios estaba afuera, no dentro de las paredes. Su primer contacto con lo Divino fue ver a Dios en la naturaleza como la Fuente Dadora de Vida.
A los diecinueve años, por las Revelaciones que recibía de Jesús en su vida íntima, anhelaba llevar una vida religiosa. Sin embargo, mientras se encontraba en oración en el Santuario de Rosa Mística, recibe la Inspiración Celeste Anunciándole que su vida religiosa la debería desarrollar en la vida matrimonial, para poder así, tener la libertad de seguir los Pasos de Su Maestro, Cristo Rey, Quien le Anunció que si tomaba los hábitos, perdería la libertad para seguirlo y hacer Su Voluntad cuando Él Quisiera “Venir”.
Con muchas ganas de servir y ayudar a los demás, un día fue al hospital de niños de la ciudad de La Plata. Ante tanto dolor y sufrimiento, vio su incapacidad para servir, y mirando sus manos dijo: “no tengo nada, no tengo la experiencia ni las herramientas para ayudar a los demás.”
Patricia estudiaba en la escuela de danzas clásicas, del Teatro Argentino. Se había esforzado mucho para ingresar, ya que su anhelo era ser bailarina clásica. Pero así mismo, decidió abandonar un año, por que ya no le encontraba el sentido que en sus primeros tiempos había tenido la danza para ella.
En ese año, de la Llamada y despertar vocacional, buscaba comprender su razón de ser leyendo la Sagrada Biblia. Encerrada en su habitación, leía las Escrituras, los Salmos y rezaba sin cesar el Padre Nuestro. El Cielo la acariciaba con Gloriosas visiones y sueños, que plasmaba en pinturas y traducía en palabras a través de poemas que ella misma escribía. Todo esto lo guardaba en su corazón y lo vivía como algo normal y familiar.
Patricia se preguntaba que hacer después de tanto Cielo. En ese mismo año, después de una visión en la cual vio a Jesús, todo cesó, las visiones y los sueños; y Patricia después de tanta Gloria, se sintió como dentro en una habitación gris, todo se había apagado. En un momento de desolación, pregunta en oración: ¿por qué el Silencio? Y se le Dijo: “Te Mostramos el Cielo que somos, pero ahora, vas a ser probada en la Tierra”. Se le dijo que tendría que aprender a vivir de acuerdo a lo que se le había mostrado; que su virtud sería probada en su vida cotidiana del mundo; que debería que pasar por fuertes pruebas, y que su alma sería probada.
Un día, volvió a la escuela de danzas. Pero esto ya no era lo mismo, en realidad, era ella quien ya no era la misma.
Entonces, decidió inscribirse en un curso de yoga, donde según ella, encontró como obtener disciplina espiritual unida al arte corporal. Terminado el curso, se dedicó a dar clases, donde sintió que podía al menos canalizar una parte de la Inspiración que había recibido, ayudando a otros a mejorar su calidad de vida.
Ella siempre se mantuvo en constante oración. Todas las cosas que realizó en su vida, las hizo siempre clamando la ayuda y el Amparo del Cielo.
Las Apariciones de la Virgen
Ante la enfermedad de un familiar, Patricia reza fervorosamente pidiendo un milagro.
Un día, estando en oración en el comedor de su casa, tiene la primera Aparición de la Virgen en cuerpo presente, la ve a María como la Virgen del Milagro.
Guiada por la Virgen, quien le muestra el camino de la Sanidad, se hace cargo de esta situación. Fue una prueba muy difícil y muy dura para ella, pero necesaria para su crecimiento y madurez espiritual.
Patricia se encomendaba al Cielo en todo momento. En la oración encontraba la fuerza para superar las adversidades, pero a veces el peso es mayor que las propias fuerzas.
Un día, sintiendo que ya no podía más, y con aceptación, dijo al Cielo: “Que todo este sufrimiento se transmute en conocimiento y amor para ayudar a los demás”, y así fue. En el año 1996, Patricia comienza a incursionar en los medios de comunicación.
A través de un programa de yoga en el canal local, llegaba a la gente por su carisma angelical y por la paz que trasmitía a los espectadores en cada una de sus emisiones. Luego continúa con otro programa: “El Arte de Vivir”, un programa dedicado a la búsqueda de la salud donde difundía información sobre como mejorar nuestra calidad de vida. A su vez, comienza a grabar “Yo Soy”, un programa católico donde se dan a conocer las Apariciones de la Virgen a través de la historia y además, con la colaboración del Padre José Expósito, se catequizaba a los televidentes. A raíz de este programa, el canal le encomienda la grabación de la misa dominical en la Catedral de la ciudad de La Plata.
De vacaciones en la costa atlántica, en Villa Gesell, la Virgen se le Aparece en la playa como la Virgen de Lourdes y le dice: “Quiero que Evangelices Mi Iglesia”.
Como se encontraba realizando los programas católicos al recibir el Mensaje de la Virgen, pensó que su Misión sería llevar a las personas a conocer a Nuestro Señor y a la Santísima Virgen a través de dichos programas en televisión. Pero un día, tiene nuevamente la Aparición de la Santísima Virgen y Ella le pide que vaya al Hospital de Niños. En ese momento, su carrera como productora estaba en auge y sus programas se transmitían en los canales locales diariamente… pero, ¿cómo decirle que no a una Madre tan Dulce y Exquisita? (así la describe siempre Patricia).
Habiendo tomado la decisión de estar a los Píes de Rosa de Su Madre, para hacer Su Voluntad, se dirigió a la oficina del director del canal y le comentó lo que estaba sucediendo. Patricia le dijo: “Tengo Apariciones de la Virgen y me Pide que deje todo y vaya al hospital”. El director del canal que la conocía de varios años y sabía como era Patricia, dócil a las inspiraciones que recibía, le respondió: “Ante Ella que puedo decir, hacé lo que la Virgen te Pide”
Y así fue como dejó el canal, la productora, los proyectos y todo lo que el trabajo en televisión implicaba.
Tres años de peregrinación en el hospital de niños
Como Patricia era conocida en la ciudad por sus programas de televisión no le fue fácil pasar desapercibida ante la gente.
Llegó al hospital de niños de La Plata y se presentó a las Hermanas de la Misericordia como voluntaria.
Todas las Apariciones, las Visiones, los Mensajes que Patricia recibía constantemente los guardaba en un profundo silencio en su corazón.
Patricia siempre comenta en sus Prédicas que el primer año fue muy difícil, que la descomponía el olor del hospital, que salía enferma de allí y le pedía al Señor que la sanara porque ella misma se sentía enferma.
Un día, estando en oración, Patricia le pregunta a la Virgen: “Madre, ¿por qué tengo que venir acá si yo sé que a quien te clame con sinceridad Tu le Respondes?” y la Santa Madre le contestó: “Para aprender la Misericordia”.
Y así, en todo su peregrinaje en el hospital, la Madre Celestial iba Enseñándole a Patricia de Su Misericordia; la Virgen Estaba Preparando a Su pequeña servidora. Porque la Madre del Cielo Dispensa a un alma que por destino tiene una Misión, para que a través de ella, una vez que ha sido dispensada, dispuesta y purgada, Pueda Establecer Su Obra y Su Mandato, para que sus hijos, que están perdidos en el mundo, puedan, a través de Su servidora, llegar a Ella que Es Madre de la Gracia y de la Infinita Misericordia.
A medida que pasaban los días, Patricia vivía procesos muy intensos pero a su vez era Sostenida por la Gracia y la Luz de María. Poco a poco comenzaba a comprender lo que el Cielo le Pedía. Cuando comprendió que el reto era una exhortación, que era un desafío a llegar, comenzó a avocarse con mayor prontitud para disponerse a la Santa Gracia.
Patricia estaba despierta, es decir por la Gracia podía ver actuar a su personalidad. Pero debía penar y purgar todo lo que hasta el momento había vivido y sacar la experiencia para poder predicar a otras almas, porque solamente aquella persona que vivió en sí misma todas las experiencias de la personalidad, pero Sostenida por la Madre Celestial, puede llegar a alcanzar la Autoridad Conferida por el Cielo, después de todo un trabajo de purificación Dispuesto por lo Alto a predicar a los hombres y que su palabra sea Luz para guiarnos en el camino de vuelta al Padre Eterno.
El segundo año en el hospital de niños
Como Patricia tenía voto de silencio, no podía contarle a nadie lo que estaba viviendo.
Siempre nos dice, que gracias a que tuvo voto de silencio pudo llegar a donde el Cielo la Estableció. Lo único que escuchaba era: “paciencia y más paciencia…”, hasta que el Cielo Hiciera Su Obra de conversión en ella.
En el segundo año de peregrinación, cuando rezaba en la capilla del hospital, comenzó a vivir los Éxtasis que la Santísima Virgen le regalaba. Éstos eran cada vez más frecuentes y María se Acercaba cada vez más a Patricia, al punto que era tanta la Luz Blanca que Descendía, que estando ella de rodillas rezando, se le iba la cabeza hacia atrás y ya no podía articular palabra alguna.
Patricia, describiendo el Éxtasis, cuenta en su diario “en el Rosario en el hospital, volví a dejar de sentir el cuerpo mientras voy rezando, voy sintiendo la Presencia de la Virgen cada vez más cerca y Su Increíble Luz Blanca me va cubriendo y siento como que el cuerpo dejo de sentirlo, se me pone como si fuera de mármol o si se anestesiara porque no lo puedo mover, mientras tengo la Infinita Gracia de María y le doy mi amor y gratitud. Quedo inmovilizada y una Paz Inmensa me envuelve, me llena y me fortalece, le pido me acompañe en el peregrinar por las salas y Su Gracia se Manifestó a través de mí en forma Divina”.
Ante esta situación, las hermanas no entendían lo que ocurría y como Patricia dejaba de rezar el Santo Rosario, ellas se molestaban por lo que sucedía. Un día, presentándose la misma situación, Patricia quiso recuperarse rápidamente del Éxtasis para evitar el enojo de las hermanas, entonces la Virgen le Dio a entender que las personas rezan el Rosario para que la Madre Escuche la oración del que clama, pero era lógico que si Ella Estaba Presente no hacía falta estar en oración sino en profundo silencio y en contemplación reverente ante semejante Reina Celestial, Diciéndole la Misma Madre en ese momento: “Niña no ves…Estoy Yo”. Ante estas palabras Patricia se sintió muy avergonzada y apenada, y pidiendo perdón por lo ocurrido volvió a la Madre y le preguntó: “¿Qué hago?” Y la Virgen respondió: “Deja que pase lo que tenga que pasar”.
Con los Éxtasis de la Madre iba a las salas que Ella Misma le Pedía. Rezaba el Rosario con los padres y era testigo de los Milagros que el Cielo Prodigaba al ver a los niños que se recuperaban a través de la Gracia y a pesar de que alguno de ellos se tenían que ir porque su tiempo ya se había cumplido María, les Concedía la Gracia de que se fueran en Paz.
Los Mensajes de la Virgen
Estando Patricia en el hospital de niños de La Plata, siendo el tercer año de Peregrinación, en el año 2006, continuaba con su proceso de conversión.
Un día, estando Patricia en oración, recibe una Comunicación de la Santísima Virgen María, la Madre del Cielo tan Gloriosa y Exquisita (así es como siempre la describe Su servidora) con Su Dulzura que no tiene igual en este mundo, le Dice: “Hija, vas a recibir una serie de Mensajes destinados a la Devoción a Mi Inmaculado Corazón. Va a Ser como un Sendero de Luz para aquellos que vengan a Mí. Como un Camino de Gracia de vuelta al Padre. Los vas a ir recibiendo gradualmente, muchos de tus hijos espirituales son los que lo van a escribir. Éstos van a ser Luz y Gracia para todos aquellos que los lean y los cumplan, Mi Gracia Santificadora va a Estar Presente para todos aquellos que vivan Mis Palabras porque Yo Soy la Reina del Cielo, la Madre de la Luz”
Y así fue como Patricia siguió yendo al hospital de niños para recibir el Éxtasis, mientras rezaba el Rosario como la Madre del Cielo y el Mismo Señor le Habían Enseñado: rezar el Santo Rosario con la Coronilla de la Divina Misericordia.
No alcanzaba a terminar los Cinco Sagrados Misterios, que una Luz Gloriosa e Intensa Descendía, llevándola al Éxtasis en que Patricia era envuelta cada vez que la Madre del Cielo se Acercaba Extraordinariamente a ella, con Su Presencia en Aparición.
La Fuerza de la Luz, llevaba la cabeza de Patricia hacia atrás, ella contemplando el Rostro de la Madre Celestial en un interminable idilio, que quienes tuvimos la Gracia de presenciar, éramos llenados de amor y una Paz que solo Ella María Es.
Patricia nos cuenta que veía la Mano Blanca de María para que se recuperara del Éxtasis volviéndole la cabeza diciéndole… “Habla”, y así la Madre le Comunicó Su Palabra. Y como le Anunciara la Virgen, varios de sus compañeros escribían los Mensajes cuando rezaban con ella en su casa, o en los servicios del Don de Sanidad. Mientras estaban con ella de rodillas y acompañaron a Patricia, fueron testigos de las Obras que el Cielo hace en aquellos que Elige como Sus Servidores.
Sin embargo, las hermanas del hospital miraban con recelo el Milagro que el Cielo Prodigaba en Patricia, y no creyeron en lo que estaban presenciando cada vez que la Virgen se Acercaba a Su pequeña niña, pues ella al tener voto de silencio, que lo había hecho ante el mismo Cielo, no podía expresarle a nadie lo que estaba viviendo y sintiendo. Todo lo guardaba en su corazón.
En relación a este hecho, Patricia en su diario escribe: “se me Dijo que ya no recibiera gente hasta mayo, y que no hiciera imposiciones, entré en un receso, y la verdad lo necesitaba porque no andaba muy bien. Pero fui al hospital a rezar el Rosario, y la Gracia de la Presencia de María Santísima Fue tan Fuerte, que me renovó totalmente, y Sanó mi estómago, vi la Virgen de la Cruz y las Espinas, caía mucha Sangre, y después la Espada que Atravesaba Su Inmaculado Corazón, me entristeció ver esa imagen, pregunté:
– es por mí, (sentí que no)
– Es por la indiferencia
– De quién-
– De Mis hijos ante Mi Presencia
Y sentí que era por falta de reconocimiento por parte de las hermanas y de algunas personas que saben lo que pasa pero prefieren ignorar siendo indiferentes a la Presencia de la Virgen Santísima, han sentido la Paz y algunos hasta la han sentido en ellos, pero así mismo hay silencio…”
Un día estando Patricia en oración, la Virgen María le Dice en Comunicación, que las hermanas le pedían a Ella que la retirara a Patricia del hospital, y la Madre le Dice…“Escucho el clamor de las hermanas y Escucho tu clamor pues Yo te Patrocino, Quiero que te retires del hospital de niños…”
Patricia, comenzó un nuevo período en su proceso de conversión. Su Maestra y Guía Es la Misma Virgen María, Su Maestro y Guía Es Aquél que Fue, Es y Será, Cristo Jesús.
Cada vez más retraída en oración, se hacían más constantes las visiones, las Comunicaciones personales para su preparación, las pruebas, las fuertes Exhortaciones, los retos constantes para llegar a la Cima del Monte que Es Cristo Redentor.
Los viernes, a las tres de la tarde, Hora de la Misericordia, se reunían en la casa de Patricia a rezar con ella el Santo Rosario, tres de sus compañeras. Cuando Patricia comenzaba a rezar en el Segundo o Tercer Misterio o en el momento que la Madre así lo Decidía, Descendía Su Manto de Gracia y en la intimidad de una humilde casa, elegida por la Misma Reina del Cielo, Comunicaba Su Palabra a través de aquella quien había sido Dispensada por Ella Misma, como Su Portavoz, para transmitir Su Mensaje para todos aquellos que la claman y buscan el camino para llegar a Su Inmaculado Corazón de Madre.
En los Mensajes que la Virgen María le Transmitió a Patricia, Ella se le Advino como Rosa Mística, como Fátima, como la Virgen de Luján, como la Virgen del Milagro, como Reina de la Paz y en el último Mensaje como Maestra Ascendida de almas, sin Velo, sin Mantos, que Viene como Madre Universal a todas las almas por igual. En Sus Mensajes, la Virgen le explica a Patricia como hacer la Conversión, el Camino de vuelta a casa. Patricia es Guardiana de estos Mensajes, cuando la Madre así lo Disponga van a ser publicados.
Días de Visitación
A mediados de septiembre de 2006, Patricia es llevada por el Cielo a un proceso de confesión muy fuerte, donde la Misma Virgen María y Cristo Jesús le hicieron la confesión de sus pecados desde que su alma bajo al planeta.
Estuvo dos meses sin comer y sin beber, y luego de esta prueba tan fuerte, donde Patricia tuvo que enfrentarse con ella misma, llorar y avergonzarse de sus pecados y pedir perdón y comprender lo que había hecho, fue Exonerada y Dispensada por la Gracia de María como Misionera, pues La Virgen le Encomendó la Misión Reina de la Paz, con un Carisma Definido de Sanidad y Conversión.
En el año 2007, La Virgen le pide a Su servidora que comience a atender. La misma Madre le da las fechas de Visitación.
En la ciudad de La Plata, Mafalda, una de sus compañeras, le presta su casa. Allí comienzan a llegar las personas para recibir la Gracia de María.
El boca a boca hace que cada vez sean más los que vienen a buscar a la Madre Celestial. Patricia comienza a vivir los Éxtasis, que tenía en soledad en el hospital de niños, ante la gente, y estas comienzan a dar testimonios de los Milagros de Sanidad que reciben, como así también ser testigos de los Mensajes de la Virgen.
Así como Patricia iba siendo Ministrada por María, en el Servicio de Aparición, ella iba preparando a un grupo de colaboradores para que la acompañaran en el servicio a la gente, mientras en ella Descendía la Cascada de Luz de la Madre.
Una tarde, reunidas en la casa de Patricia, desciende el Manto de María y Establece Ella Misma, el Carisma de la Misión Reina de la Paz. En marzo de 2008, en las Pascuas, Patricia vive por primera vez la Cruz de Jesús, el Éxtasis de la Pasión, la Cruz Blanca, una Luz Tan Intensa que lleva a Patricia a caer hacia atrás y vivir todos los signos que el Señor vivió en la Cruz. Un año, en que dos veces al mes, María nos Visitaba y por Su Gracia Santificante, que Obraba en Patricia, el Mismo Señor Podía Manifestarse a través de Su servidora.
En Agosto de 2008, Ilda, compañera de Patricia, le presta su casa para el Servicio, pues el lugar anterior ya no tenía capacidad para recibir al caudal, cada vez mayor, de las personas que se allegaban a beber del Manantial de Luz de María, a través de Patricia.
Más de 2000 personas pasaban frente a Patricia a recibir la Gota de Luz de María. Es conmovedor ver como, en la mayoría de los casos, sus rostros se van transformando y derraman lágrimas de felicidad.
Los regalos que la Virgen María le dio a Patricia, como Carismas, son dos, el primero es el Éxtasis Blanco, en el que Ella Misma se Adviene hasta los Pies y por un instante, en vez de tocar una estatua de yeso, utiliza la materia de Su servidora para acercarse a los hombres y que ellos puedan sentir Su Divina Presencia.
El segundo regalo es la Transferencia de la Mirada. Al pasar frente a Patricia y mirarla a los ojos podemos sentir como Nuestra Madre del Cielo Penetra con Su Dulzura lo más íntimo de nuestro ser. Por eso, Patricia es dispuesta también como un Signo, por qué a través de ella, recibimos la Palabra, la Caricia, la Corrección, la Exhortación, el Amor o la Paz que cada uno viene a buscar y recibir lo que el Cielo nos Quiera Dar.
La Misión en las Montañas
El 11 de febrero de 2009, la Virgen se le Aparece a Patricia como la Virgen de Lourdes, le muestra una casa en Capilla del Monte, Córdoba, y le Dice que es allí donde quiere Establecerse. Ya en las Predicas de Conversión, que Patricia da al comenzar el Servicio, que son las Conversaciones de la Madre, venía Anunciando la posibilidad de que la Virgen la retirara de la ciudad a las montañas, porque si bien eran muchos los que se allegaban, no era suficientemente grande el espacio físico, y a causa del Caudal de Luz y de Gracia que Descendía, era necesario cobijar a mas peregrinos y buscar un espacio mas abierto para hacer el Servicio. El lugar que la Virgen Eligió es Santa Isabel, un barrio cercano a Capilla del Monte, en la localidad de Charbonier, provincia de Córdoba. Allí es donde Estableció la Casita de Paz, que es la Casa Misional, donde desde la Pascua del 2009, Patricia esta dando su servicio a la Madre.
Patricia, en un principio, viajaba una vez al mes a La Plata, sin embargo la Virgen Decía que si no había un cambio en la gente de la ciudad, se iba a retirar totalmente y así fue como en agosto de 2009, Patricia, ante más de 2000 personas, dio la Predica de la Madre, se puso de rodillas, comenzó el rezo del Santo Rosario y la Madre no Quiso Descender porque no era merecido por la frialdad de los corazones, entonces Patricia se puso de pie y explicando lo sucedido, dijo: “Yo soy una simple servidora, si María no Digna Descender, yo no les puedo dar nada porque no tengo nada” y mirando el suelo se marchó”.
Desde entonces, Patricia se encuentra en Santa Isabel, preparando los lugares que la Madre le pide para dar Su servicio. Al dejar sus trabajos, Patricia le preguntó a la Virgen: “Madre, ¿de qué voy a vivir?” Y Ella Le Respondió: “vas a vivir de Mis ofrendas y de tu Servicio a Mí”.
Patricia no cobra, si no que así como ella da en amor y generosidad todo lo que el Cielo Le Pide, de la misma manera ella recibe las ofrendas para establecer los lugares que le son Encomendados por la Madre para recibir a Sus hijos.